Puede decirse sin temor a la equivocación, que los remedios caseros se utilizan en todas las culturas del mundo y son usados principalmente por madres y abuelas. Mujeres intuitivas y observadoras que en cuestión de impartir bienestar a sus familias, despliegan tanto la creatividad, como la riqueza de la tradición transmitida de una generación a otra.
Sus orígenes son tan variados, como culturas hay en el mundo. Tiene tintes ancestrales africanos, asiáticos, europeos, indígenas y de cuanta cultura se encuentre en los confines de la tierra.
Constan de fórmulas para expulsar parásitos, ahuyentar los piojos, mascarillas para eliminar manchas, remedios para la acidez, la llenura, los dolores de cabeza, la inapetencia; Emplastos para quitar dolores articulares, bebidas para los cólicos, lamedores para sudar la gripa, preparaciones diversas para desterrar la tos, curas para los fríos internos, curas para el exceso de calor interno, que es distinto a la fiebre; soluciones para las cicatrices visibles, remedios para producir más leche en la lactancia, mezclas para embarnecer, agüitas para adelgazar, bebidas para la vejiga atacada y también para el exceso de orina o para los niños que se orinan durante el sueño.
Remedios para cuando el niño no habla, para cuando tiene mal de ojo, remedios de amor, curas para el desamor, bebiditas para enamorar, para embarazarse, para no embarazarse…purgas para limpiar los intestinos , el estómago y el hígado, limpieza de la sangre, eliminación de piedras depositadas en riñones, hígado y vesícula biliar.
Sus componentes son tan variados, como curiosos y pasan por todos los reinos de la naturaleza. Para la muestra, está la arena de playa, caliente, para la quemadura por aguamala. Para el mismo propósito, se recomienda la orina humana.
La arcilla y el carbón vegetal para las intoxicaciones, el bicarbonato de sodio para controlar la acidez, la baba de caracol para las cicatrices, la penca sábila para mascarillas de pelo y piel, sus cristales para limpiar el organismo y cerrar heridas. La panela para sanar heridas, para disminuir edemas; el ajo, el limón y la cebolla con sus propiedades limpiadoras y antibacterianas, tienen la reputación de expulsar las pestes, las brujas y los maleficios.
La lava de los volcanes para tratamientos faciales y corporales y para el control de dolores e inflamaciones, cuando no hay heridas presentes. Las conchas de caracoles para recuperar el calcio y si hay cicatrices, se ofrece el polvo de la concha nácar en distintas combinaciones. Cuando la mujer se demora en el parto, agua cargada con la energía de las piedras. También secretos y oraciones para curar las hemorragias, las descomposturas y las quebraduras. Alivio con bebidas, emplastos y unturas para las várices y las hemorroides.
Las frutas y las plantas con su encanto y sus olores, proporcionan soluciones para el estreñimiento, la desnutrición, la deshidratación, la diarrea, la hipertensión, la presión bajita, la falta de ánimos y el exceso de actividad. Todas las soluciones han sido reveladas a los ojos y corazones simples de quienes consuelan y dan soluciones a quienes en ellas buscan consejo y sabiduría.
Los remedios caseros, ignorados por la medicina oficial y mal valorados por las mentes lineales, van ganando cada vez una mejor reputación entre los médicos naturistas y los egresados de la academia clásica occidental que en busca de soluciones efectivas para las dolencias de sus pacientes, se han permitido mirar en distintas direcciones y extraer lo mejor de otros saberes a la luz de la comprensión del mundo desde una óptica más universal, más humanista, más naturalista y menos mecanicista.